El Vigía 06/05/2016
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell, recordaba recientemente que uno de los lastres de la falta de un Gobierno estable es que ha quedado en pausa la puesta en marcha de iniciativas legislativas.
El sentir del transporte y la logística es idéntico, con el matiz de que incluyen en esa situación de impasse de política sectorial a los ejercicios 2015 y 2016.
Una de esas reformas es la reforma del modelo de estiba portuario. Desde diciembre de 2014, una sentencia del Tribunal de Luxemburgo obliga a España a reformar el actual sistema, pero dicho proceso se vio paralizado por las elecciones y ahora la Comisión Europea ha vuelto a denunciar a España por incumplir la sentencia.
El estancamiento es evidente, como también lo es que una reforma de tal calado no puede ser emprendida por un Gobierno en funciones.
El portavoz del sindicato de estibadores Coordinadora, Miguel Rodríguez, manifestó: “La estiba necesita cerrar la carpeta de la sentencia de Luxemburgo, generar un clima de estabilidad que atraiga inversiones, consolide los tráficos y nos empuje a seguir creciendo”.
Para ello, considera imprescindible un gobierno legitimado que haga suya la propuesta elaborada por la patronal y los sindicatos y la convierta en proyecto de ley. Respecto a cómo puede afectar la situación al sector en general, reconoció que la incertidumbre puede llevar a cuestionar nuevas inversiones en puertos.
En el transporte por carretera, la política quedó estancada a finales de 2014, cuando, como confirma el secretario general de Fenadismer, Juan José Gil, quedaron paralizados todos los proyectos normativos que estaba impulsando Fomento, por diferencias con el ministerio de Economía.
De hecho, han quedado sin tramitar o desarrollar el reglamento de la ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, la trasposición de la directiva sobre desplazamiento de trabajadores o el régimen de autorizaciones de transporte. También desde la Unión de Operadores de Transporte Combinado coinciden en destacar que desde 2015 la actividad intermodal y sectorial de Fomento ha sido escasa.
En materia portuaria, el vicepresidente ejecutivo de PIPE reconoce que, aunque la situación política se acabará resolviendo, 2016 será un periodo de impasse en la política sectorial y, por tanto, “un año claramente perdido”.
Por ello, advierte: “Los retrasos en la aplicación de medidas que mejoren la competitividad, redundarán en una pérdida de cuota de mercado que, si se consolida, será muy difícil de recuperar en el futuro”.
