Dos proyectos buscan devolver la gloria al viejo muelle Pesquero

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El embarcadero se hizo en los años 50 y se convirtió en el centro de las capturas de las flotas rusa, japonesa, polaca e italiana

Manuel Reyes

Las Palmas de Gran Canaria 02 SEPT 2024 8:02

El muelle Pesquero, uno de los más antiguos del Puerto de Las Palmas, se someterá a una actualización completa para mejor su seguridad, funcionalidad y operatividad, que está limitada por el deterioro de sus infraestructuras, la falta de inversión y la pujanza de otras líneas de negocio tras el declive de la actividad pesquera en Canarias.

«A pesar de esa significativa disminución de la actividad», explican los técnicos en las memorias de los dos nuevos proyectos, «en los últimos años se ha observado una recuperación de las operaciones pesqueras», razón por la que el Puerto ha decidido potenciar ese muelle, uno de los más importantes de la Dársena Interior junto al muelle Santa Catalina, ambos ubicados en las zonas industriales más cercanas a la ciudad, las cuales están llamadas a ejercer un papel clave en la relación con el turismo y la integración en el entorno urbano.

De hecho, junto al Pesquero y el muelle de Refugio, la empresa Rodritol construye un centro para atender grandes yates, al tiempo que se están reformando todos los accesos y existen instalaciones pendientes de inaugurarse, como la sede de la Guardia Civil, con un edificio ya terminado que abandera el proceso de modernización de toda esa zona, conectada también con el Acuario Poema del Mar y la pasarela Onda Atlántica.

Y es que la construcción del muelle Pesquero se inició en la década de los años 50 del siglo pasado, con la finalidad de aprovechar «su estratégica ubicación cerca del banco pesquero africano», explica memoria de los proyectos que ha comenzado a tramitar la Autoridad Portuaria.

Su construcción fue un acierto porque transformó al Puerto de La Luz en el «epicentro» de la actividad pesquera para las flotas de «Canarias, Rusia, Japón, Polonia e Italia», entre otros países que optaron por utilizar el recinto como centro para llevar a cabo la descarga, el transbordo y la comercialización de sus capturas, además del aprovisionamiento de combustibles y de alimentos.

Esta época de esplendor llegó a su fin en la década de los noventa con la expulsión de la flota canaria del caladero canario sahariano y el fin de los acuerdos de pesca con Marruecos, que pasó a tomar el control de las aguas en esa parte de la costa occidental africana.

Diversificación

Tras la caída de la actividad pesquera, La Luz diversificó su actividad y se volcó en las reparaciones navales, captando tráficos nuevos vinculados al sector offshore, como son las plataformas y los grandes buques perforadores, hoy habituales en el muelle Reina Sofía, que se desarrolló para aumentar el calado y permitir el atraque de estas naves.

Lo mismo se hizo con el transbordo internacional de los contenedores, gracias a un acuerdo con MSC y Opcsa para renovar la maquinaria y atender portacontenedores de mayor tamaño, los cuales son tendencia actual en el sector naval, como acreditan los buques MSC Nueva York y MSC Annita, que superan los 16.000 TEU y han sido atendidos recientemente en la terminal del muelle Cristóbal Colón.

También destacan los cruceros y el tráfico de pasajeros y de mercancías ente islas. Ambos han recibido un gran impulso, tanto por la nueva terminal de turistas que está en construcción, como por la reubicación de la navieras de pasajeros en el interior de La Luz, sobre todo Armas, que ha estrenado una nueva sede en la Dársena de África para concentrar toda su actividad en esta parte del recinto.

Falta, por tanto, recuperar la actividad pesquera, un objetivo simbólico para el Puerto, como acredita la apertura de una fábrica de hielo y la cesión del pantalán Fransary para los pescadores de San Cristóbal, dos iniciativas que se vieron truncadas hace un año con el incendio de la nave de Frisu, que albergaba esas nuevas instalaciones y ahora están completamente calcinadas.

La Autoridad Portuaria, sin embargo, sigue adelante en su intención de volver a poner a La Luz en el radar de la pesca internacional. El muelle Pesquero dispone de una superficie de casi cuatro hectáreas, con 960 metros de líneas de atraque y un calado que oscila entre los seis y los ocho metros.

Los dos proyectos tienen presupuestos bajos, sobre los 300.000 euros cada uno, pero serán el pistoletazo de salida para comenzar a reactivar el muelle. Uno de esos trabajos consiste en crear un pantalán para las embarcaciones de la Guardia Civil, y el otro en rehabilitar el tramo norte del muelle, con el hormigón y los noray para amarrar los barcos seriamente estropeados o anticuados. Esta rehabilitación se hará en varias fases, empezando ahora por un tramo de unos 200 metros en el lado de poniente.