Un fondeo de primera división

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Juega un importante baza no solo los muelles sino la zona de fondeo en ese escaparate ante la ciudad desde las aguas de La Isleta hasta San Cristóbal cada jornada con más de una veintena de barcos fondeados

El actual conflicto del Mar Rojo, pone de manifiesto una vez más, el papel que juega el puerto de La Luz en «la calle mayor del mundo» como la definiera tan acertadamente nuestro paisano Bernardino Correa Viera a finales del siglo pasado, ante la situación estratégica de nuestra bahía en las principales rutas marítimas de Océano Atlántico. Y sin lugar a duda en esta estrategia juega un importante baza no solo los muelles sino la zona de fondeo en ese escaparate ante la ciudad desde las aguas de La Isleta hasta San Cristóbal cada jornada con más de una veintena de barcos fondeados en espera de suministro para continuar viaje.

Esto nos hace recordar aquellos tiempos del primer cierre del canal de Suez, junio de 1957, con los barcos fondeados en el exterior del puerto en un espectáculo único en espera de atracar en los muelles para tomar el combustible a través de tubería, ya que en dicha ocasión no había gabarras para darlo a flote. Otro tanto ocurrió en el segundo cierre del citado paso marítimo en junio de 1967 con una espectacular concurrencia de unidades en espera de un atraque, ya que en dicha ocasión tampoco había gabarras para darlo a flote y se llegaron a avituallar de nada menos que tres millones y medio de toneladas de combustible en un solo año. Fue récord.

En cambio, ahora sí tenemos barcos para darlo a flote en fondeo aunque no los necesarios porque escasean en el mercado. Pero lo que resplandece con luz propia es la zona de fondeo considerada como la mejor de Canarias en palabras de aquel preclaro práctico que fue Manuel González Quevedo que elogiaba lo que la naturaleza había dotado a Las Palmas de Gran Canaria para la «parada y fonda» de todas las naves del mundo como ocurre en la actualidad al recibir a la ida y vuelta en la ruta entre Europa y el Cabo de Buena Esperanza y viceversa a esta legión de barcos de todas las banderas. Despachar casi 300.000 toneladas de petróleo en un solo mes como se produce ahora, es una demostración de que tenemos un fondeo de primera división.